Entre 1975 y 1980, Gabriel Barkay descubrió algunas tumbas en Ketef Hinnom, un sitio arqueológico situado en una colina con vistas al valle de Hinom, al suroeste de la ciudad vieja de Jerusalén, con una serie de cámaras funerarias de piedra tallada apoyadas por cuevas naturales.
El sitio parecía ser arqueológicamente inútil ya que se había utilizado para almacenar armamento durante la época otomana. La mayoría de esas tumbas habían sido saqueadas, pero afortunadamente el contenido de la cámara 25 se preservó debido a un aparente derrumbe parcial del techo de la cueva, que ocurrió mucho antes.
La tumba 25 contenía esqueletos de 95 personas, 263 vasos de cerámica, 101 piezas de joyería (95 de plata y 6 de oro), muchos objetos tallados en hueso y marfil, y 41 puntas de flecha de latón o hierro. Además, había dos pequeños y curiosos rollos de plata.
Desde el principio se creyó que estos rollos de plata podrían contener alguna inscripción. Cuando fueron cuidadosamente desenrollados por los expertos del Museo de Israel, se encontró un texto escrito en hebreo antiguo, que se descifró con cierta dificultad.
El proceso de desenrollarlos fue muy delicado y lento para que no se desintegraran: tres años. Cuando los rollos fueron finalmente abiertos y limpios, se descubrió que la inscripción contenía una bendición sacerdotal que aparece en Números 6, 24-26:
“El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz.”
Esta inscripción es una de las más antiguas y mejor conservadas que contiene el nombre del Dios israelita: YHWH o Jehová. El estilo de las tumbas donde se hallaron y el de la escritura utilizada en las inscripciones permitió datarlos en el S.VI a.C., lo cual los convierte en la copia más antigua que se conoce de un fragmento de la Biblia.